¿Qué es el café?

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Con café se logra un negocio, se hacen acuerdos internacionales, se platica con un amigo y hasta se disfruta la compañía de uno mismo. Pero ese es el resultado final de un largo proceso que se realiza para tener en la mano una taza de esa bebida estimulante.

Esa satisfacción que nos da el probar un buen café viene acompañado de historia, trabajo y muchas personas que hacen posible esa experiencia que se convierte en algo más que una simple bebida.

Por eso es importante el origen del café, entender su evolución y cómo ha logrado ser parte de nuestra historia día con día, llegando a ser un producto indispensable de nuestra dieta y cultura.

Historia

El café surgió en Etiopía y fue descubierto de manera fortuita en el año 1140 en un arbusto, probablemente en la provincia de Kaffa, de acuerdo con la International Coffee Organization.

Después de mucho tiempo, alrededor del año 1720, viajeros franceses llegaron a América y trajeron consigo una planta de café. Fue en el año de 1795 cuando llegó a México, específicamente a Veracruz y en donde comenzó su cultivo.

El periódico Excélsior  publica que en 1795 se comienza a cultivar el café antillano en México. “Algunos dicen que esta práctica nació en Córdoba, Veracruz bajo el mandato de un magnate Mexicano llamado Juan Antonio Gómez, otros tantos sostienen que fue el Español Jaime Salvet en el estado de Morelos, cerca de Cuernavaca”.

Sin embargo, agrega, no todo el café del país llegó por las Antillas: el que llegó al estado de Chiapas, fue traído directamente desde Guatemala, y el café michoacano llegó desde el puerto de Moka en Yemen, extendiéndose hasta Jalisco, Nayarit y Colima.

El árbol de café

Se llama café o cafeto a un género de árboles de la familia de las rubiáceas, a sus semillas y a la bebida que se prepara de ellas, define la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en el documento Planeación Agrícola Nacional 2017-2030.

Asimismo, detalla que el arbusto mide entre 4 y 6 metros de altura, tiene hojas lustrosas y verdes y sus flores son blancas y fragantes de las cuales se desarrolla el fruto, que primero es color verde y después cambia a rojo.

Al fruto del cafeto se le conoce como cereza, uva o capulín, el cual está recubierto de una cáscara y en su interior contiene la semilla del café, que es la que guarda los diversos componentes químicos que la hacen única.

Para que el cultivo se desarrolle, “requiere un clima cálido, pero con alto nivel de humedad, su altitud debe ser de 1,000 a 1,300 metros metros sobre el nivel del mar. Necesita un suelo rico y húmedo que absorba bien el agua y drene con rapidez el exceso de precipitación. Los mejores suelos son los formados por un pequeño manto de hojas, materia orgánica de otra clase y roca volcánica desintegrada. Se cultiva en regiones frías con temperaturas de crecimiento entre 13 y 26 grados centígrados”, expone la Sader.

Los componentes químicos del café son, principalmente, cafeína, aminoácidos, polisacáridos, azúcares, diterpenos, compuestos fenólicos, vitaminas y minerales.

La cafeína es el componente principal por el que se identifica al café , pues esta sustancia es un estimulante del sistema nervioso.

Del campo a la mesa

Para que podamos tener una taza de café , un arbusto debe producir la materia prima y para ello pasan aproximadamente 4 años desde que fue sembrado.

Cuando el árbol produce el fruto, éste se cosecha y comienza un proceso de limpia del café. Primero la cereza se abre para extraer la semillas. Posteriormente se realiza otro procedimiento para retirar una cáscara que protege al grano.

Ya teniendo la semilla limpia, se conoce como grano verde, el cual es la materia prima para la bebida, pues en esta etapa ya está listo para su tostado, un proceso fundamental para la preparación del café.

Para tostar el café se requiere de un dispositivo creado específicamente para ese fin, con el objetivo de no echar a perder el producto. Generalmente hay 2 formas de hacerlo, una conocida como la técnica de tambor y otra a través de aire caliente, lo que produce las reacciones químicas necesarias para dar ese toque único al café .

Los tostados van de claros, que tienen mayor acidez. Un tostado medio que aporta intensidad al sabor y el tostado oscuro que produce un café más fuerte.

Ya teniendo el café tostado, pasa por la molienda, la cual dependerá de tus gustos, luego a la cafetera y de ahí a la taza.

Con todo esto, ya tienes una idea de cómo llegó el café a tu mesa. Desde su historia, su cultivo y los demás procesos, que, puede compartir con un amigo mientras tomas un trago de tu bebida favorita.